EL MUNDO FUNERARIO MEGALÍTICO DEL CALCOLÍTICO
La costumbre de
enterrar a los muertos por el rito de la Inhumación es muy antigua,
conociéndose los primeros de ellos intencionados en las lejanas fechas del
Paleolítico Medio (125,000-30,000) años antes de ahora; en el que los hombres
de Neandertal prepararon con cuidado el depósito de sus muertos, si bien no
eran enterrados todos los huesos del cadáver, sí los de la cara, así lo
atestigua el hallazgo en la Cueva del Boquete de Zafarraya (Granada) de una
fosa de 70 cm .
de diámetro que fue rodeada de piedras y cubierta de un montón de grandes y
pequeñas piedras, de la que fue extraída una mandíbula.
Ya se había iniciado el
enterramiento de los humanos por el rito de la inhumación, pero aun se tardará
varios milenios más hasta que el hombre construya la primera sepultura que se
pueda definir como tal; esto acaece al inicio del Paleolítico Superior, y está
datada en el 25,000-24,500 antes de nuestra era; se trata del cadáver de un
niño de cuatro años que fue colocado de costado dentro de una fosa cavada en el
suelo en el abrigo de Lugar Velho (provincia portuguesa de Leiria) asociándose
a este enterramiento un ritual funerario consistente en el teñido de rojo de
todos los huesos del difunto; probablemente por haber sido amortajado envuelto
en una piel teñida de rojo, a los que estaban asociados piedras y huesos de
ciervo alineados en torno a la fosa, y junto a sus pies una concha perforada
que formó parte de un collar, elementos estos que fueron colocados y situados
por sus familiares intencionadamente, siendo considerados como el ajuar
funerario de aquel niño.
Estos rituales
de enterramiento tendrán una larga perduración que no se olvidarán hasta que
los hombres no abandonen las viejas estrategias de subsistencia de los pueblos
nómadas, basada en la caza y la recolección de frutos salvajes, y adopten el
sedentarismo, poniendo en práctica nuevas formas de procurarse el alimento
basado en la agricultura y la ganadería, dando lugar con ello al nacimiento de
otra etapa cultural que se denominó Neolítico, apareciendo en la Península
Ibérica alrededor del 6,500 antes de ahora, lo que conllevará una revolución
cualitativa y cuantitativa en todos los aspectos de la vida social; y entre
estos cambios, como no podía ser otra manera, también lo harán los rituales de
enterramiento.
Estos cambios de
ritual, o nuevas formas de enterrar a sus difuntos, acaecerá a mediados de este
período, más o menos según dataciones de C14. Las dataciones más antiguas se
fechan dentro del quinto milenio en tumbas del tipo “Tholos” de la fachada
atlántica francesa.
Estas grandes
tumbas serán construidas a la intemperie, y se sitúan generalmente en alto y
muchas de las veces al borde o muy cerca de los caminos para ser visualizadas
por las gentes desde lejos; están fabricadas estas grandes estructuras
megalíticas y tumulares con grandes piedras hincadas en el suelo (ortostatos)
que conformarán las cámaras funerarias que pueden ser de distintas formas y
medidas, a los que se adosa un pasillo o corredor que generalmente está
orientado al Este; estos contenedores funerarios una vez introducido el cadáver
eran tapados con una cubierta formada por una gran piedra o varias según las
medidas de la cámara mortuoria, estructuras estas, cámara y corredor, que serán
cubiertas por una estructura tumular
construida con medianas y pequeñas piedras, que serán bien compactadas con
tierra, quedando así los cadáveres protegidos de los animales carroñeros y cubiertos
a los ojos de los hombres, dando la sensación de parecer un montón de tierra.
- Las de cámara
cuadrangular o rectangular con pasillo o corredor Torno I (Villanueva de Córdoba).
Torno I, Dolmen de Cámara y Corredor
- Galerías
cubiertas que pueden presentar cámara rectangular o trapezoidal Frailes II (Villanueva
de Córdoba).
- Y los “Tholoi”
que presentan cámara circular cubierta por una falsa cúpula que está construida
por aproximación de hiladas de piedra, que a medida que van subiendo en altura
se va cerrando la abertura que cerrará al final una gran piedra plana,
construcción ésta que al igual que las anteriores le será adosado un corredor adintelado,
que como los anteriores se orienta al saliente (Minguillo IV) Villanueva de
Córdoba.
Minguillo IV, Dolmen de Tipo Tholos
Ajuar Funerario. Minguillo IV
- También construyen
otros que las formas de su planta funeraria son polígonos irregulares tendentes
al círculo, siendo el diámetro de la cámara funeraria no superior a un metro
Torrubia V (Cardeña).
Torrubia V. Dolmen de Polígono Irregular
· Esta nueva forma
de enterrar a los difuntos que más arriba hemos dicho, se inició a mediados del
Neolítico, pero cuando adquirirá verdadera importancia será la siguiente etapa
cultural, que como todos sabemos se denominó Calcolítico o Edad de Cobre
(3000-2000) antes de nuestra era.; estas grandes estructuras tumulares y
megalíticas fueron construidas y usadas con carácter colectivo, pudiéndose
enterrar en ellas uno o más individuos (10-20-30 etc).
Estos
territorios en los que estas tumbas fueron construidas en algunas ocasiones
serán señalizados con grandes piedras hincadas (menhires) como
Frailes-Serrezuela (Villanueva de Córdoba), sirviendo de hitos anunciantes de
la propiedad del territorio que han recibido de sus ancestros que están
enterrados en esas tumbas.
A esas tumbas acompañarán ricos ajuares funerarios basados principalmente en puntas de fecha en sílex, cuarcita, ofita, etc., los que unos serán fabricados por la técnica de la talla, y otros por el proceso de pulido; contienen además algunas hachas y azuelas representativas de los oficios de agricultor y carpintero, hojitas de sílex con pátina de haber sido utilizadas en labores de siega como dientes de hoz; estos ajuares también incorporan elementos de adorno personal como símbolo de distinción y prestigio social como los collares de diversos tipos de pedernal, destacando por su belleza los colgantes y cuentas de una piedra verde (calaíta) con formas distintas; de tonel discoidales, cilíndricos, ovales, etc., causando admiración su magnífico pulido y en algunos de ellos su diámetro (3 m/m), acompañando a este repertorio lítico gran variedad de formas cerámicas, entre las que destacan las fuentes carenadas que marcan el inicio de este período, platos con variados diámetros de bordes almendrados o engrosados que definen más o menos la mitad de este período, acompañados de ellos, vasos hemisféricos con o sin mamelones (asas) que pueden estar dispuestos en sentido vertical u horizontal, de los que en muchas ocasiones tienen practicadas unas perforaciones que pasan de parte a parte para pasarles un cordel y poder así ser suspendidos; todo este elenco cerámico aparece las mayoría de los casos con nula o escasa decoración. También aparecen algunas pequeñas piezas de cobre como cuchillos de muescas o escotadura y algunas leznas y punzones.
Menhir (Frailes - Serrezuela)
A esas tumbas acompañarán ricos ajuares funerarios basados principalmente en puntas de fecha en sílex, cuarcita, ofita, etc., los que unos serán fabricados por la técnica de la talla, y otros por el proceso de pulido; contienen además algunas hachas y azuelas representativas de los oficios de agricultor y carpintero, hojitas de sílex con pátina de haber sido utilizadas en labores de siega como dientes de hoz; estos ajuares también incorporan elementos de adorno personal como símbolo de distinción y prestigio social como los collares de diversos tipos de pedernal, destacando por su belleza los colgantes y cuentas de una piedra verde (calaíta) con formas distintas; de tonel discoidales, cilíndricos, ovales, etc., causando admiración su magnífico pulido y en algunos de ellos su diámetro (3 m/m), acompañando a este repertorio lítico gran variedad de formas cerámicas, entre las que destacan las fuentes carenadas que marcan el inicio de este período, platos con variados diámetros de bordes almendrados o engrosados que definen más o menos la mitad de este período, acompañados de ellos, vasos hemisféricos con o sin mamelones (asas) que pueden estar dispuestos en sentido vertical u horizontal, de los que en muchas ocasiones tienen practicadas unas perforaciones que pasan de parte a parte para pasarles un cordel y poder así ser suspendidos; todo este elenco cerámico aparece las mayoría de los casos con nula o escasa decoración. También aparecen algunas pequeñas piezas de cobre como cuchillos de muescas o escotadura y algunas leznas y punzones.
Estas tumbas
serán reutilizadas en la edad del Bronce en muchas ocasiones, estando
establecido el rito de inhumación en ellos más o menos 3,000 años.