lunes, 27 de enero de 2014

EL DÍA DE LAS PIEZAS.- EL MUNDO FUNERARIO MEGALÍTICO DEL CALCOLÍTICO


EL MUNDO FUNERARIO MEGALÍTICO DEL CALCOLÍTICO



               La costumbre de enterrar a los muertos por el rito de la Inhumación es muy antigua, conociéndose los primeros de ellos intencionados en las lejanas fechas del Paleolítico Medio (125,000-30,000) años antes de ahora; en el que los hombres de Neandertal prepararon con cuidado el depósito de sus muertos, si bien no eran enterrados todos los huesos del cadáver, sí los de la cara, así lo atestigua el hallazgo en la Cueva del Boquete de Zafarraya (Granada) de una fosa de 70 cm. de diámetro que fue rodeada de piedras y cubierta de un montón de grandes y pequeñas piedras, de la que fue extraída una mandíbula.
             Ya se había iniciado el enterramiento de los humanos por el rito de la inhumación, pero aun se tardará varios milenios más hasta que el hombre construya la primera sepultura que se pueda definir como tal; esto acaece al inicio del Paleolítico Superior, y está datada en el 25,000-24,500 antes de nuestra era; se trata del cadáver de un niño de cuatro años que fue colocado de costado dentro de una fosa cavada en el suelo en el abrigo de Lugar Velho (provincia portuguesa de Leiria) asociándose a este enterramiento un ritual funerario consistente en el teñido de rojo de todos los huesos del difunto; probablemente por haber sido amortajado envuelto en una piel teñida de rojo, a los que estaban asociados piedras y huesos de ciervo alineados en torno a la fosa, y junto a sus pies una concha perforada que formó parte de un collar, elementos estos que fueron colocados y situados por sus familiares intencionadamente, siendo considerados como el ajuar funerario de aquel niño.

         Estos rituales de enterramiento tendrán una larga perduración que no se olvidarán hasta que los hombres no abandonen las viejas estrategias de subsistencia de los pueblos nómadas, basada en la caza y la recolección de frutos salvajes, y adopten el sedentarismo, poniendo en práctica nuevas formas de procurarse el alimento basado en la agricultura y la ganadería, dando lugar con ello al nacimiento de otra etapa cultural que se denominó Neolítico, apareciendo en la Península Ibérica alrededor del 6,500 antes de ahora, lo que conllevará una revolución cualitativa y cuantitativa en todos los aspectos de la vida social; y entre estos cambios, como no podía ser otra manera, también lo harán los rituales de enterramiento.

         Estos cambios de ritual, o nuevas formas de enterrar a sus difuntos, acaecerá a mediados de este período, más o menos según dataciones de C14. Las dataciones más antiguas se fechan dentro del quinto milenio en tumbas del tipo “Tholos” de la fachada atlántica francesa.

         Estas grandes tumbas serán construidas a la intemperie, y se sitúan generalmente en alto y muchas de las veces al borde o muy cerca de los caminos para ser visualizadas por las gentes desde lejos; están fabricadas estas grandes estructuras megalíticas y tumulares con grandes piedras hincadas en el suelo (ortostatos) que conformarán las cámaras funerarias que pueden ser de distintas formas y medidas, a los que se adosa un pasillo o corredor que generalmente está orientado al Este; estos contenedores funerarios una vez introducido el cadáver eran tapados con una cubierta formada por una gran piedra o varias según las medidas de la cámara mortuoria, estructuras estas, cámara y corredor, que serán cubiertas  por una estructura tumular construida con medianas y pequeñas piedras, que serán bien compactadas con tierra, quedando así los cadáveres  protegidos de los animales carroñeros y cubiertos a los ojos de los hombres, dando la sensación de parecer un montón de tierra.

 · Existen diversas formas en la construcción de dichas tumbas, siendo las más abundantes y definidas por sus plantas:

- Las de cámara cuadrangular o rectangular con pasillo o corredor Torno I  (Villanueva de Córdoba).



Torno I, Dolmen de Cámara y Corredor

- Galerías cubiertas que pueden presentar cámara rectangular o trapezoidal Frailes II (Villanueva de Córdoba).
 
Frailes II, Dolmen de Galería Cubierta

- Y los “Tholoi” que presentan cámara circular cubierta por una falsa cúpula que está construida por aproximación de hiladas de piedra, que a medida que van subiendo en altura se va cerrando la abertura que cerrará al final una gran piedra plana, construcción ésta que al igual que las anteriores le será adosado un corredor adintelado, que como los anteriores se orienta al saliente (Minguillo IV) Villanueva de Córdoba.
 
 
Minguillo IV, Dolmen de Tipo Tholos
 
 
Ajuar Funerario. Minguillo IV
     
- También construyen otros que las formas de su planta funeraria son polígonos irregulares tendentes al círculo, siendo el diámetro de la cámara funeraria no superior a un metro Torrubia V (Cardeña).
 
Torrubia V. Dolmen de Polígono Irregular
 
        · Esta nueva forma de enterrar a los difuntos que más arriba hemos dicho, se inició a mediados del Neolítico, pero cuando adquirirá verdadera importancia será la siguiente etapa cultural, que como todos sabemos se denominó Calcolítico o Edad de Cobre (3000-2000) antes de nuestra era.; estas grandes estructuras tumulares y megalíticas fueron construidas y usadas con carácter colectivo, pudiéndose enterrar en ellas uno o más individuos (10-20-30 etc).

       Estos territorios en los que estas tumbas fueron construidas en algunas ocasiones serán señalizados con grandes piedras hincadas (menhires) como Frailes-Serrezuela (Villanueva de Córdoba), sirviendo de hitos anunciantes de la propiedad del territorio que han recibido de sus ancestros que están enterrados en esas tumbas.

 
Menhir (Frailes - Serrezuela)

       A esas tumbas acompañarán ricos ajuares funerarios basados principalmente en puntas de fecha en sílex, cuarcita, ofita, etc., los que unos serán fabricados por la técnica de la talla, y otros por el proceso de pulido; contienen además algunas hachas y azuelas representativas de los oficios de agricultor y carpintero, hojitas de sílex con pátina de haber sido utilizadas en labores de siega como dientes de hoz; estos ajuares también incorporan elementos de adorno personal como símbolo de distinción y prestigio social como los collares de diversos tipos de pedernal, destacando por su belleza los colgantes y cuentas de una piedra verde (calaíta) con formas distintas; de tonel discoidales, cilíndricos, ovales, etc., causando admiración su magnífico pulido y en algunos de ellos su diámetro (3 m/m), acompañando a este repertorio lítico gran variedad de formas cerámicas, entre las que destacan las fuentes carenadas que marcan el inicio de este período, platos con variados diámetros de bordes almendrados o engrosados que definen más o menos la mitad de este período, acompañados de ellos,  vasos hemisféricos con o sin mamelones (asas) que pueden estar dispuestos en sentido vertical u horizontal, de los que en muchas ocasiones tienen practicadas unas perforaciones que pasan de parte a parte para pasarles un cordel y poder así ser suspendidos; todo este elenco cerámico aparece las mayoría de los casos con nula o escasa decoración. También aparecen algunas pequeñas piezas de cobre como cuchillos de muescas o escotadura y algunas leznas y punzones.
       Estas tumbas serán reutilizadas en la edad del Bronce en muchas ocasiones, estando establecido el rito de inhumación en ellos más o menos 3,000 años.
 
 SILVERIO GUTIÉRREZ ESCOBAR

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