HISTORIOGRAFÍA DEL MUSEO
MUNICIPAL DE HISTORIA
A DIOS LO QUE ES DE DIOS…
Nació este germen
de Museo en Villanueva de Córdoba en los primeros años de la década de los
sesenta, debido a un programa de RTVE que se denominó Misión Rescate que
consistía en la formación de grupos de alumnos de diversos colegios de ámbito
nacional, denominados Patrullas de Batidores, cuya labor consistió en localizar
yacimientos arqueológicos y rescatar el patrimonio que se encontrase en
superficie en unos casos, y en otros procediendo a su “excavación”.
Aprovechando este
programa nació del colegio jarote La Purísima Concepción
un grupo que será denominado como Patrulla de Batidores nº 116 “Virgen de
Luna”; grupo que en principio estuvo formado por don Pedro Moreno Cano como
Profesor-Jefe, y fueron sus miembros, Bartolomé Cañuelo, Guzmán Camacho, José
Cepas y Gabriel Cerro; este grupo jarote será premiado durante seis años
consecutivos con premios nacionales por sus actividades sobre el patrimonio.
En el año 1973 será
premiado con un segundo premio Nacional, sin dejar constancia de los hechos, y
(o yo no conozco); vuelve a ser premiado en el año 1974, pero esta vez con un
primer premio Nacional del que igual que el anterior, tampoco conozco los
hechos.
En el año 1975
vuelven a obtener primer premio Nacional por el hallazgo de una necrópolis del
periodo Visigodo, rescatando las cerámicas que contenían las tumbas; el premio
constaba de un Diploma de Honor dotado con 25.000 ptas. en efectivo, cartillas
de la Caja Postal,
estancia de siete días en Madrid visitando entre otras la Casa de la Radio y los estudios de
RTVE, además de un día completo en Toledo (Revista de Feria 1975). Al siguiente
año, esta Patrulla de Batidores vuelve a obtener el primer premio; esta noticia
fue divulgada por la prensa nacional, radio y televisión, y también es recogida
en (Revista de Feria 1976) con un artículo titulado: Una vez más Misión
Rescate, firmado por Guzmán Camacho en el que, entre otras cosas, describe los
hallazgos de un asentamiento romano en el término de Adamuz, la localización y
traslado a Villanueva de Córdoba de un cipo funerario romano con inscripción,
que aunque no da el lugar del hallazgo
es procedente de la margen izquierda del arroyo Guadamora, en término
municipal de Pozoblanco, esta inscripción fue localizada por Román Domínguez,
natural de Villanueva de Córdoba, y en la cual yo colaboré en su traslado hasta
dejarla depositada en la
Biblioteca; hoy se cuenta entre los fondos de nuestro Museo;
también da cuenta de una inscripción localizada a cuatro kilómetros de
Villanueva, aunque no aporta datos sobre el lugar de su localización, debe de
tratarse de la estela que aparece en la Posadilla en finca de los hermanos Sepúlveda, con
caracteres del alfabeto Ibero-púnico, igualmente da reseña de algunas piezas
que tenemos inventariadas
en el museo, y algunas de ellas no figura en este inventario por desaparición de
la misma; y concluye diciendo que los objetos hallados pasaran al pequeño Museo
Local cuando se disponga de los medios necesarios para su instalación.
Del año 1976-77,
según la campaña XI de Misión Rescate de RTVE dieron un comunicado sobre los
objetivos y componentes de la
Patrulla nº 116 de Villanueva de Córdoba; que aunque son los
mismos que la anterior campaña aquí aparece Guzmán Camacho como Batidor-Jefe;
fueron sus objetivos en esta campaña la localización de una necrópolis de origen
celta, descubrimiento de una fundición romana y localización de una antigua
necrópolis.
A continuación paso
a copiar literalmente parte de este comunicado de RTVE... “El descubrimiento
fue hecho en el mes de diciembre por Antonio Cañuelo Sánchez, vecino de
Villanueva de Córdoba, cuando cultivaba la tierra con un arado… El “objetivo” situado en la finca del
término municipal de la villa denominado “Las Niñas” consistía en cinco
sepulturas situadas desigualmente y sin inscripción. La labor de la Patrulla Rescate
nº 116, se centró entonces en lograr que lo hallado pasara a formar parte del
Museo Local de Rescate y que la zona no
se utilizara como elemento de tráfico”.
Los trámites
emprendidos por los componentes de la Patrulla dieron resultado y finalmente se logró
que el operario que trabajaba la tierra en la finca “Las Niña” propiedad de don
Fernando Sepúlveda (q.e.p.d.) les vendiese a la Patrulla nº 116 el ajuar
funerario que había encontrado arando por un valor de 5.000 pts., según consta
en un recibo que obra en poder de este Museo; este ajuar estaba compuesto de
dos brazaletes, (pulseras abiertas y con decoración incisa) de las que una de
ellas se encuentra en paradero desconocido, dos pendientes, dos anillos y un
collar; ajuar este que no pertenece a la cultura celta como aluden, sino al
periodo visigodo, con una cronología del siglo V-VII; continúa diciendo el
comunicado “No acabó todo ahí, tres
objetivos más constituyeron nuevas metas para la Patrulla 116, el
descubrimiento de una fundición romana, la localización de una antigua
necrópolis y el hallazgo de viejas construcciones, todo ello en zonas cercanas
a Villanueva.
Restos
de una chimenea de la fundición, ladrillos con inscripciones, denarios de plata
y los restos de una pared árabe fueron los logros del segundo objetivo,
mientras que varias sepulturas, restos de paredes, trozos de una vasija de
barro cocido y un cuenco hecho de piedra completaban los objetivos 3 y 4.”
De los restos
arqueológicos de estas citas se conservan en el Museo Municipal tres ladrillos
de forma trapezoidal que formaron parte de la chimenea o “chupón” de una
fundición de época contemporánea que se instaló en la finca “Las Carniceras” en
el torreón de “El Escorial”(Cardeña) para refundir las escorias que había de
una antigua fundición romana, así como un fragmento de ladrillo con inscripción
que pertenece a la misma época que los anteriormente descritos; los denarios de
plata que cita a continuación están en paradero desconocido después del
abandono al que fue sometido el Patrimonio arqueológico que la Patrulla de Batidores nº
116 logró reunir, en cambio sí está inventariada los restos de la vasija de
barro con decoración estampillada perteneciente a la cultura árabe; pero no los
restos del cuenco hecho de piedra, que me imagino tomaría el mismo camino que
los denarios; hasta aquí la campaña
XI-1976-77, por estas actividades recibió el calificativo de Mejor Patrulla de
Batidores de Misión Rescate.
En la campaña XII
del año 1977-78 de Misión Rescate de
RTVE, el objetivo que la
Patrulla nº 116 para esta campaña se fijó en primer lugar, en
la organización y estudio de la Colección
Rescate, siendo sus componentes esta vez Bartolomé Cañuelo
Higuera y José Cepas Rey, apareciendo como en la anterior campaña con cargo de
Batidor-Jefe Guzmán Camacho Parra.
Vuelvo a
transcribir de nuevo el comunicado que RTVE da con respecto a las actividades
que la Patrulla
116 ejecuta en la campaña XII de Misión Rescate.
“La localización del objetivo de esta
Patrulla se situó a 17
kilómetros de Villanueva de Córdoba; la meta, una torre
aislada que se comunicaba mediante señales con otra ya derruidas; “ (Entre el Carpio y Córdoba se ve una igual a ésta,
situada a la derecha de la carretera) “distantes entre sí diez o quince kilómetros,
y desde cada una de las cuales se vislumbraban las que estaban más próximas. El
torreón objetivo de esta tarea para Misión Rescate tiene forma cuadrada, una
altura de quince metros y un ancho en su base de cuatro metros por cada lado.
En cuanto a la construcción en sí muestra como rasgos característicos el empleo
del ladrillo y demás materiales empleados por los almohades: madera, yeso,
arcos adintelados… No se pudo precisar pese a todas las investigaciones
realizadas la época exacta a la que pertenece dicha torre, aunque sí se cree
con bastante fundamento que pudiese pertenecer a las últimas construcciones de
los moros o primeras de los cristianos, es decir, entre los siglos XII-XIII.
Para un estudio más perfecto y completo de lo realizado, la Patrulla se puso en
comunicación con la
Delegación de Bellas Artes de Córdoba en orden a la mejor
conservación de la torre (acompaña a este comunicado una fotografía de la
misma).
Esta primera
actividad de la Patrulla
nº116 de Villanueva de Córdoba en la campaña XII “fue la localización de una torre
almohade, aplicándole una cronología del siglo XII o XIII ( en el siglo XII llegarán a España unas
tribus del Atlas marroquí que se hicieron dueños de la España musulmana y que
serán derrotados en el siglo XIII en la batalla de las Navas de Tolosa, después
de lo cual los almohades ya no pudieron ofrecer más resistencia); esta
apreciación de la torre almohade como con el ajuar de origen celta de la finca
de “Las Niñas” no están acertados, pues aplican unas cronologías que ni
siquiera se acercan, ya que en este caso se trata de una torre de señales
ópticas construida en época contemporánea (antes de la invención del telégrafo)
y popularmente conocida como La
Torre del Ojo de Cristal que se halla enclavada en el término
municipal de Cardeña, y es propiedad de doña Mercedes Palomo, natural de
Villanueva de Córdoba.
“La
segunda parte del objetivo de esta campaña XII de la Patrulla de Villanueva de
Córdoba se dedicó a organizar, valorar, y hacer un estudio a fondo de las
piezas, así como también encargarse de su conservación, ampliación y trabajos
lógicos requeridos por la propia instalación de la Colección Rescate;”
Todas estas
actividades serán certificadas por un lado
“Certifica
D. Manuel Cachinero Gómez “ La veracidad de los trabajos y estudio del torreón,
habiendo visitado personalmente el lugar”. Y por otro, “D. Juan Ocaña Torreón,
Cronista-Historiador de Villanueva de Córdoba, y miembro de la correspondiente Academia
en Córdoba. Certifica” que los trabajos y rescates efectuados por la Patrulla 116 contribuyen
al mejor conocimiento de la
Historia del Arte y la Cultura en el Valle de los Pedroches”
Mejor
Patrulla de Batidores de Misión Rescate la Patrulla 116 de Villanueva de Córdoba”; así serán denominados en este
comunicado, aunque como hemos visto más arriba no estuvieron acertados en la
apreciación cronológica; tampoco se sabe si hicieron el estudio a fondo de las
piezas, así como tampoco se preocuparon de su conservación, ya que esta
Colección terminó siendo expoliada.
De estos trabajos
que se dicen haber realizado sólo ha llegado hasta este Museo Municipal de
Historia una documentación que por petición propia hice al Batidor-Jefe Guzmán
Camacho Parra en una conversación telefónica que mantuvimos al objeto de mi
pretensión (por entonces) de hacer un homenaje desde el Museo al Profesor-Jefe
don Pedro Moreno Cano, y cómo no, al resto de la Patrulla de Batidores nº
116 de Villanueva de Córdoba, documentación que recibí en mi domicilio con
fecha 19-9-2007, en sobre certificado que contenía un CD con diversas fotografías,
fotocopia de los comunicados que RTVE emitió en las campañas de Misión Rescate
XI y XII, una carta personal dirigida a mí y un folio mecanografiado, a dos
caras, que nos habla de un dodecálogo o, para ser mejor entendido, un documento
con doce apartados, redactado por la Patrulla de Batidores nº 116 de Villanueva de
Córdoba, aunque se encabeza con el título de Misión Rescate; del que sólo
transcribiré el artículo 4º.
“Según las disposiciones generales sobre
Museos Municipales, este Museo dispondrá de un inventario completo donde
las piezas estarán clasificadas y catalogadas, indicando su lugar
de procedencia, su fecha de encuentro o entrada en este Museo, y
la importancia de las mismas.
Respecto
a las piezas cedidas de que trataba el artículo anterior, (se refiere al 3º) se
hará constar su condición de tal”.
Lo primero que nos
habla este artículo 4º es, que el Museo de Misión Rescate dispondrá de un
Inventario que se supone se debió realizar, como hemos visto más arriba, en la
segunda parte del objetivo de la campaña XII; pues bien, ese inventario que
debió elaborar el Jefe de los Batidores de la Patrulla 116 de
Villanueva de Córdoba, Guzmán Camacho Parra no ha llegado a este Museo
Municipal de Historia. ¿Por causa de pérdida o extravío; o es que siendo obligación
primordial e ineludible no se confeccionó?; más adelante quedará demostrado que
no se elaboró.
Esta colección
arqueológica estuvo expuesta en la Biblioteca Municipal,
siendo alcalde de la población Luis M. Ochoa, sucediéndole en el cargo Francisco
Tébar el que, según el señor Guzmán Camacho Parra en la carta personal que
recibí con motivo del envío más arriba descrito, me dice entre otras cosas (que
por el momento silenciaré) que fue retirado el Museo de la sala que ocupaba en la Biblioteca, para en su
lugar instalar una sala de danza…
Pasará una década,
algo más o menos en el tiempo, y de esta colección arqueológica sólo se sabe de
ella que sus fondos dormidos reposan los unos en el interior de las vitrinas,
otros embalados en cajas de cartón y los objetos de piedra depositados los más
pesados en la planta alta de la
Audiencia.
Allí los
encontramos José M. Carrillo y yo cuando hicimos la petición al Excmo.
Ayuntamiento, bajo documento cursado el día 11-5-94, siendo alcalde Antonio
Muñoz Pozo, que estábamos interesados en ordenar las piezas existentes en la Biblioteca Municipal
procedentes de Misión Rescate y otras donaciones, y solicitamos que fuésemos
autorizados para efectuar dichos trabajos, e inventario del material
arqueológico existente en dichos locales.
No se hizo esperar,
esta petición fue contestada por conducto reglamentario el mismo mes y año en
que cursamos la solicitud, donde se nos comunicaba que tal solicitud había sido
aprobada por unanimidad en la Comisión
Municipal de Gobierno, en sesión ordinaria celebrada el día
18-5-94.
Ilusionados, porque
la meta de ambos era la formalización de un Museo Arqueológico para Villanueva
de Córdoba, y aquello era el primer paso para justificar ante las autoridades
locales la necesidad y la importancia que podía tener un museo en nuestro
pueblo; bajo estos auspicios iniciamos el trabajo José M. Carrillo y yo,
tomando contacto con los materiales que algunos de ellos aún permanecían en sus
vitrinas que carecían de llaves (no se sabía dónde se encontraban), y con
algunos cristales rotos, signos evidentes e inequívocos de haber sido objeto de
expolio, como después se demostrará; otros, sobre todo los objetos de cerámica
estaban muy mal embalados en cajas de cartón medio rotas y amontonadas unas en
otras; concluido el trabajo de ordenar los materiales se incorporó al grupo de
trabajo formado por Carrillo y por mí, Juan Palomo, el que al final abandonará
por disidencias con Carrillo. Fueron inventariados estos materiales en una
vulgar libreta a rayas, y posteriormente serán sigladas 155 piezas, que
corresponden con el número de ficha y Libro de Registro del Museo Municipal de
Historia, que se inicia en la ficha nº1 hasta la 133, la 540 y 541, la 1912
hasta la1918, y la 2263 hasta la 2275, haciendo constar en cada una de las
fichas lo que sabemos con relación a la pieza que alude a la misma; por lo que
sería muy conveniente que algún miembro de la Patrulla de Batidores
nº116 de Misión Rescate, o el Batidor Jefe se personase en las dependencias del
Museo al objeto de obtener la información que falta sobre el inventario que
dicen haber hecho, con objeto de terminar de rellenar algunos datos que faltan
en la ficha de los fondos Misión Rescate; y también conocer con detalle qué
grado de expolio sufrió esta Colección Arqueológica que tardó siete largos años
en reunirse.
Transcurrieron
otros dos años más o menos, haciendo peticiones verbales al señor alcalde
Antonio Muñoz, y a la concejala de cultura Benita Vigorra para la instalación
de un museo arqueológico en nuestro pueblo, contando con los fondos
arqueológicos de Misión Rescate que habíamos inventariado José M. Carrillo y yo
dos años antes, más el ajuar funerario del periodo Calcolítico que se había
recuperado en El Minguillo; en fecha incierta que no puedo recordar se empezó a
hablar para iniciar el museo desde el Ayuntamiento, y en uno de los plenos del
mismo la concejala Cocha Molinero, esposa de José M. Carrillo, propone sea
nombrado su marido como Director del Museo, y como Subdirector, Silverio
Gutiérrez; esta propuesta fue denegada diciendo el señor Alcalde que ella no
era quién para hacer aquel tipo de propuesta, dando lugar a que con esta
negativa José M. Carrillo se “enfriara”
y dejase entonces de colaborar, con lo cual me quedé solo para seguir
“peleando” con la administración local; esta pelea dio resultado, ya que al
poco tiempo fui llamado por la concejala de cultura, Benita Vigorra, para que,
según mi criterio, le dijera cuántas vitrinas, con qué formas y medidas harían falta para albergar los fondos
arqueológicos que estaban inventariados más otros que pudieran ser depositados
por los vecinos de Villanueva de Córdoba, o pueblos de la comarca.
Para la fabricación
de estas vitrinas pidió el Ayuntamiento presupuesto sobre el proyecto a varios
talleres locales de carpintería, en el
que yo también licité, dándose lectura a dichos presupuestos resultó ser el
más barato el que yo había presentado,
con lo cual me fue adjudicada la construcción de ocho vitrinas, que son las que
actualmente cobijan todos los fondos arqueológicos, que entre Misión Rescate y
unos y otros habitantes de nuestro pueblo y comarca hemos sido capaces de ir
reuniendo durante 37 largos años.
Una vez fabricadas
las vitrinas y autorizado por el Excmo. Ayuntamiento, procedí a introducir los
fondos arqueológicos en las mismas, ordenadas por periodos culturales y
cronológicos, y pedí desde el Museo a la población que los objetos
arqueológicos que poseyeran encontrados de una u otra forma lo depositasen en
el Museo Municipal de Historia, con lo cual llegó al Inventario una gran riada
de piezas arqueológicas, logrando abrir en el mes de abril del año mil
novecientos noventa y ocho una Exposición Permanente en el viejo y emblemático
edificio de la Audiencia
(XVII), donde pudimos contemplar novecientas piezas distribuidas en las ocho
vitrinas que se continuaron registrando en la misma libreta antes dicha.
Durante seis años
esta exposición estuvo abriendo sus puestas sábados, domingos, y días señalados
como las Ferias o Semanas Santas, sin percibir por ello ni una perragorda; que
no era lo que yo pretendía, lo que yo quería era que el Museo fuera legalizado.
Dada mi amistad con
don Francisco Godoy Delgado, por entonces director del Museo Arqueológico y
Etnológico de Córdoba, le pedí al mismo me facilitase la documentación que
sería necesaria para su presentación a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía para la
formalización del museo; esta documentación se la entregué al señor Alcalde que
aún era Antonio Muñoz Pozo, y hojeándola en presencia de la concejala de
cultura me la devolvió, diciéndome que era mucho lo que había que hacer para su
legalización, y encima aludió que el Ayuntamiento no tenía local adecuado par
su instalación; este hecho ocurrió, más o menos, a mediados del año 2003, dejándome
totalmente descorazonado, viendo que le había dedicado a ese proyecto doce o
trece años de mi vida, y con esa negativa todo se me venía abajo; me deban
ganas de dejarlo todo y devolver las piezas a las persona que me las habían ido
entregando para el Museo a lo largo de cinco o seis años; antes de tirar la
toalla esperé a las elecciones que se perfilaban para el año 2004, donde uno de
los grupos políticos, yo había oído que en su programa tenían precisamente el
proyecto de la instalación de un Museo con las pieza existentes; aquello me dio
alguna esperanza y decidí continuar con el Museo hasta que se celebraran las
elecciones municipales, que dieron como resultado el triunfo del Partido
Popular.
Con este hecho el
destino del Museo cambió radical, siendo tomado, desde el primer momento, con
enorme interés, tanto por la Alcaldesa Dolores Sánchez así como por la
concejala de cultura Conchi Picón.
Por esta fecha
estábamos trabajando (yo creía que codo a codo) Juan Palomo y yo en una
catalogación de dólmenes en nuestra comarca desde el año 2000, fecha en que se
celebró el curso universitario de Prehistoria sobre el municipio de Villanueva
de Córdoba; el día en que se celebró la clausura de ese curso aquí en nuestro
pueblo me solicitó Juan Palomo que le presentase al catedrático de Prehistoria,
doctor don José Clemente Martín de la
Cruz con objeto de ingresar en el grupo de trabajo que yo
tenía formado con Antonio Arévalo Santos (arqueólogo de Pozoblanco); el
catedrático me dijo que no iría mal que Juan pasara a formar parte del grupo,
ya que Antonio Arévalo la mitad de las veces no podía trasladarse hasta
Villanueva por falta de vehículo; lo vi positivo,(y en qué mala hora acepté);
trabajamos juntos desde finales desde el año 2000 hasta principios del 2005 en
que decidí acabar con el engaño al que me tenía sometido…
Para iniciar las
primera diligencias había que elaborar la documentación necesaria para la
petición a la Consejería
de la Junta de
Andalucía para que el Museo pudiera ser legalizado; como dije más arriba dada
mi amistad con don Francisco Godoy que por entonces trabajaba, no en el Museo
Provincial, sino el la
Delegación de Cultura le dije a nuestra concejala Conchi
Picón que pidiese a la
Delegación que le diese permiso al señor Godoy para venir a
Villanueva de Córdoba y decirnos cómo elaborar
bien dicha documentación, ya que él fue quien me preparó la
documentación que le presenté al anterior alcalde; viajó a Villanueva de
Córdoba esta persona y nos reunimos en el restaurante La Puerta Falsa, este señor,
Conchi Picón y yo; faltaba Palomo que se había comprometido a elaborar dicha
documentación cuando el señor Godoy le explicase formas y procedimiento,
habíamos quedado a las diez de la mañana, y eran las once menos cuarto y Palomo
aún no había llegado;¡ ya nos íbamos a marchar!, cuando llegó no se disculpó
siquiera, se sentó en una silla y se dispuso a escuchar todo lo que aquella
persona le transmitió; esta entrevista tuvo lugar en los primeros días de
octubre del año 2004; pasados los mese de octubre, noviembre, diciembre y enero
aún no había aportado nada al respecto, aludiendo que era un tema alto difícil
y que aún no lo tenía estudiado (en realidad no tenía ni idea de cómo acometer
su ejecución); en vista de la nula efectividad en la confección de esta
documentación por parte del citado Palomo, tengo una reunión en el Ayuntamiento
con la concejala de cultura, por lo que dada la inutilidad del tal en la
realización de la documentación, me encarga haga las oportunas diligencias para
que esta documentación sea llevada a cabo lo más rápidamente posible, ya que
teníamos un retraso de cuatro meses provocado por la dejadez o por la
inutilidad de esta persona en la confección de esta documentación.
Dada mi asistencia
y colaboración en cursos universitarios del Área de Prehistoria de la UCO, (a los que acude conmigo
este personaje y que nunca debí admitir en mi grupo de trabajo), recurro a ella y al momento soy atendido en
mi petición por parte del Aula del Patrimonio Histórico del Área de Prehistoria
de la Universidad
de Córdoba en la persona de su Secretario don Francisco Javier Ibarra de Dios,
al cual pongo en comunicación a través de una cita concertada con la misma
persona con la que Juan Palomo había hablado hacía cuatro meses; dando como
resultado que el señor Ibarra me llamara al otro día diciéndome que se hacía
cargo de este asunto; consumando dicha documentación en un mes, siendo
presentada a la Delegación
de Cultura en el mes de mayo de 2005.
Aún habremos de
esperar casi un año para que nuestro Museo fuese anotado preventivamente en el
Registro de Museos de Andalucía, según documento cursado por la Consejería de Cultura
de la Junta de
Andalucía, dado en Sevilla el día 5 de abril de 2006.
Mientras tanto,
desde que el Excmo. Ayuntamiento acordó por unanimidad la creación de Museo
para Villanueva en el año 2004, yo inicie la documentación del Museo, o sea, la
confección del Inventario realizado en fichas personalizadas de cada una de la
piezas existentes en el Museo (ahora mismo ascienden a 2560); en esta fichas
figura el número con que está inventariada la pieza, el día que ingresó en el
Museo, el nombre de quien deposita la misma, su domicilio, el nombre de la
pieza, el material de que está fabricada, la cultura a la que pertenece, el
estado de conservación, y un dibujo, en muchos de los caso dos y algunas veces
tres, al objeto que a través de esos dibujos la pieza pueda ser identificad en
cualquier momento; una vez concluido este bonito y largo trabajo fueron
asentada en el Libro de Registro, donde aparecen los datos de esas piezas y su
numeración, así que, la numeración del siglado de una pieza coincide con el
número de la ficha personalizada y con el número de asiento en el Libro de
Registro; trabajo este que al igual que los anteriores no percibí ni un céntimo
por su elaboración.
Este Museo está
inscrito, por petición del Excmo. Ayuntamiento, en la Asociación de Museos
Cordobeses desde el año 2008 como miembro de pleno derecho; Asociación ésta que
defiende los derechos de los museos locales cordobeses ante la Administración de la Junta de Andalucía; esta
Asociación celebra cuatro reuniones anuales a las que asisto, dándose cada vez
en un pueblo de los museos que forman la misma; y una quinta reunión que
también se celebra una vez en un pueblo y otras veces en otros de los museos
asociados, a la que asiste el Delegado/a de Cultura de nuestra provincia
acompañado de diversos funcionarios de la misma; donde serán expuestos a la Administración las
diversas propuestas que hubiesen podido surgir a lo largo del año.
Ya teníamos Museo
pero ¿quién le iba a hacer funcionar?...
Para ello, a instancia del Excmo. Ayuntamiento, se fundó una asociación
que pasará a denominarse Asociación de Amigos del Museo, quedando redactados
sus estatutos el 12-12-06, siendo aprobados en Asamblea General Extraordinaria
el 10-1-07.
Esta Asociación fue
promovida por la concejala de cultura Conchi Picón, tomada como modelo de la Asociación Agrópolis
de Montilla, los cuales desde el primer momento que supieron nuestra petición
se pusieron incondicionalmente a nuestro servicio; a los que hoy cuento entre
mis buenos amigos.
Cuenta en la
actualidad con ochenta asociados, y todos nos consideramos amigos; esta amistad
nace y se basa en las muchas actividades lúdicas y culturales que venimos realizando
al cabo del año, como son talleres, viajes, conferencias, exposiciones, etc.etc
o las diversas publicaciones que a lo
largo del año venimos haciendo relativa a nuestro patrimonio.
La Asociación de Amigos del Museo, se expande
a nivel nacional ingresando como miembro de pleno derecho en la
F.E.A.M. (Federación Española de Amigos de los Museos) en el
mes de abril de este mismo año; también es miembro desde el año 2008 de la Asociación Arte
Arqueología e Historia con sede en la capital cordobesa.
De nuestra entidad
me cupo el honor de ser elegido por sufragio de sus asociados como presidente
de la misma, desde su fundación hasta nuestros días; cuenta en la actualidad
con una directiva que se muestra muy activa y comprometida con cada una de las
actividades que nuestra Asociación proyecta y realiza.
El Presidente de la Asociación,
Silverio Gutiérrez Escobar.
Premio de Arqueología “Juan
Bernier, 2009”
Escrito en el Centenario Feria de Vva. de Córdoba, 1910 - 2010. Feria 2010