AMULETOS ÁRABES.-
Magnificas piezas muy predominantes en Fash Al Ballut, este Valle de las Bellotas llamado por los Árabes. No deben confundirse los amuletos con los talismanes.
Éstos son objetos portadores de buena suerte. Los amuletos, en cambio, son elementos mediante los cuales se trata de evitar embrujos y desgracias.
Desde la más remota antigüedad se utilizaron los amuletos atribuyéndoles el poder de alejar los seres demoníacos y las fuerzas malignas.
Los judíos utilizaron amuletos a base de figuras geométricas, en los que se grababan nombres de entidades benéficas.
En los amuletos árabes se escribían versículos o suras del Corán (predomina la 112), y nombres de ángeles. Es una condición del amuleto que para que pueda ser útil ha de ser portado por su dueño.
La utilización de este elemento protector se ha extendido por todas las culturas, superando las barreras del tiempo. Incluso en la tradición cristiana, la utilización de escapularios y reliquias obedece a la misma creencia en este tipo de objetos protectores.
Estos amuletos no son de maleficio, como los plomos romanos de tablillas de maldiciòn, tabellae defixionum, sino de finalidad apotropaica o defensiva, invocando el nombre de Alá contra la mala suerte, los malos espíritus y otras cosas parecidas.
Su procedencia es desconocida.
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