miércoles, 24 de septiembre de 2014

CONOCER NUESTRO ENTORNO.- FORMAS Y SITUACIÓN DE LAS TUMBAS MEGALÍTICAS.



FORMAS Y SITUACION DE LAS TUMBAS MEGALITICAS
                                                                       
          Las sociedades del período Calcolítico que habitaron Los Pedroches practicaron entre otras actividades, la agricultura, ganadería y minería; sin desdeñar las ancestrales costumbres de la caza y recolección de frutos silvestres; estos productores vivían en poblados que “marcarán” un área de influencia de más o menos cinco kms. de radio, de la que captarán los recursos naturales, útiles para la subsistencia que esta tierra les ofrece, la que necesariamente tenía que estar estructurada en diversos espacios, adecuados a cada una de las actividades que estos grupos practicaban, en las que trabajarán y además serán enterrados.

         Los agricultores ocuparon las tierras llanas ricas en agua, y cercanas al poblado debido a tener que ejercer vigilancia sobre las siembras día y noche, por el riesgo que suponía para las sementeras que los animales salvajes como el ciervo, jabalí, conejo y libre, penetrasen en ellos y las destruyeran.
 
        Los pastores ocuparían las tierras más montañosas, poco aptas para la agricultura, y adecuadas para el pastoreo, situadas un tanto alejadas de los lugares donde se practicaba la agricultura, evitando con ello que los animales domésticos que pastoreaban como, la cabra, oveja y cerdo pudiesen penetran en los cultivos y destruir las cosechas, obligándose por esta actividad del pastoreo a vivir junto a su ganado día y noche, cumpliendo la doble misión de guardianes y protectores de los mismos, teniéndolos que defender a todas horas de los depredadores como águilas, oso, lobo, zorro, lince, etc, que debieron existir en gran cantidad en la comarca pedrocheña, por lo que su vida estaba condenada a vivir constantemente fuera del poblado matriz, donde construirían cabañas de elementos vegetales como los usados por los pastores de la comarca hasta mediados del s. XX, (en las que yo dormí junto a mi abuelo materno alguna noche) las que desgraciadamente no dejaron huella arqueológica.


  
   MINGUILLO  IV

        · Por otra parte, y como es sabido, fue en este período cuando hace su aparición el primero de los metales que el hombre trabajará: el cobre, de cuyo metal recibirá el nombre este período de la Prehistoria Reciente; hallazgo que posibilitó la utilización de esta materia prima desconocida hasta ahora, o no utilizada, provocando la aparición de nuevas actividades como la minería, que trabajarán a cielo abierto siguiendo los filones cuarcíticos con minerales de cobre que generalmente aparecían en las monteras de los cerros que laboreaban hasta su agotamiento, o hasta que dichos filones penetraban en el interior de la tierra, y por falta de medios tuviesen que abandonarlos; los que con el paso de dos milenios trabajaran íberos y romanos.
       Otras actividades tan arraigadas en el género humano como la caza y la recolección de frutos debió producirse frecuentemente en la periferia de las áreas destinadas exclusivamente a la producción de alimentos, a la que tendrán derecho todos los componentes del poblado como un recurso aleatorio que potenciaba su dieta alimentaria.

Estos productores cuando morían eran enterrados por familiares y amigos en grandes tumbas situadas en los lugares donde trabajaron, enterramientos que se llevaron a cabo por el rito de la inhumación, acompañando al cadáver un ajuar funerario compuesto de objetos líticos y cerámicos, a los que ocasionalmente acompañarían algún útil de cobre, como pequeños cuchillos de muesca y punzones, ajuares estos de los que se sirve la ciencia arqueológica para aplicar una cronología aproximada al enterramiento, estas tumbas fueros usadas colectivamente y posiblemente utilizadas por un mismo grupo parental durante generaciones.
         Aunque esta costumbre de enterrar a los muertos en tumbas megalíticas se inició mediado el Neolítico (4500) a. C., será en el período Calcolítico cuando esta forma de dar sepultura a los muertos alcanzará su mayor auge, para finalizar en el Bronce Inicial (1800 a.C.) siendo reutilizadas algunas de ellas en épocas posteriores para el mismo fin.



   TORNO I (Dolmen de Corredor)

     Las gentes del período Calcolítico que habitaron la zona oriental de Los Pedroches, y otros lugares de la Península Ibérica, fueron enterrados en tumbas construidas con grandes piedras que son extraídas de cualquier afloramiento granítico muy cercano al lugar elegido para construirla, las que conformarán la cámara funeraria, y el pasillo o corredor, serán cubiertas por el sistema de adintelamiento, formado por una, dos o tres grandes piedras megalíticas; estas estructuras formadas por cámara funeraria y corredor, eran cubiertas por piedras y tierras bien compactadas, adquiriendo una vez concluido el recubrimiento forma troncocónica, dando la sensación de encontrarnos ante un simple montón de tierra.
         Los receptáculos funerarios, por su construcción presentan diversos tipos de planta, que pueden formar un polígono irregular, cuadrangular, rectangular, trapezoidal, siendo los primeros los más abundantes; existiendo otros de forma oval, o tendentes al círculo denominados ”Tholos”, en los que pueden alternar en la construcción de la cámara funeraria, como en las anteriores, la técnica constructiva ortostática, con la mampostería; siendo muy común que, en algunas de ellas se apoye la cámara funeraria en afloramientos rocosos que posibilitan darle estabilidad y aguante a toda la estructura; y otras de las que son conocidos dos casos; Bermejuela (Pozoblanco) y Cañada Morena II (Conquista) en que la cámara y pasillo son construidos dentro de un gran afloramiento granítico, extrayendo en el caso de Bermejuela la zona central del mismo, dejando en la parte externa, y sin tocar las grandes piedras naturales que conforman el perímetro del receptáculo funerario; del que solo queda la mitad, habiendo sido invadida la otra mitad por la construcción de una pequeña vivienda, la que hoy cumple la función de almacén de pienso para los animales.
    
        En el caso de Cañada Morena II está construida en un gran afloramiento de pórfido, en la que como en el caso anterior se vació parte de él “tallando” la piedra para dejar espacio a la cámara funeraria, cerrando la zona S. al parecer con artostátos resultantes del vaciado de piedra de dicha cámara; son cubiertos como todos los del tipo tholos, por aproximación de hiladas de piedra perimetrales, que van estrechando el círculo hasta completar el cerramiento, que lo concluye una gran losa, que una vez acabado toma forma de cúpula; en estos tipos de tumba, como en los anteriores, el acceso a la cámara tiene lugar a través del pasillo o corredor el que generalmente está orientado al E., los que en algunas ocasiones tienen algunos grados de declinación al N. o al S. según fuese iniciada su construcción en el solsticio de verano o en el de invierno; estas estructuras son igual que las anteriores “arropadas” y cubiertas con piedras y tierras compactadas que dan el aspecto final, que más arriba hemos indicado.

 THOLOS DE CAÑADA MORENA II (Conquista)

       Todas ellas aparecen dispersas sobre ciertos espacios situados en el área de influencia del poblado al que pertenecieron los allí enterrados, las que forman grupos de dos a seis, siete unidades; unas veces la distancia entre ellas, no es superior al centenar de metros, y en otros la distancia es más considerable, pudiendo existir entre la primera del grupo y la última del mismo, dos, tres o cuatro Kms.

      · Serán construidos sobre las pequeñas elevaciones de la penillanura pedrocheña; y en su defecto si en el lugar donde deseaban situarla el terreno era llano, construían en primer lugar un podio, y sobre él llevaban a cabo la construcción de la misma como Vegas de la Reina I, por lo que alcanzaba mayor altura y por lo tanto se visualizaba desde más lejos; 



 VEGAS DE LA REINA I

      Otra, como Atalayón de Navalmilano, que a pesar de estar construida en lugar alto, para darle mayor monumentalidad, fue edificada por la misma técnica constructiva que la anterior, la inmensa mayoría de ellas como hemos dicho anteriormente fueron situadas en alto y al borde o muy cercanas a los caminos, con el objeto de que pudiesen ser vistas desde lejos, cumpliendo con ello la función, aparte de la de contenedores funerarios, la de garantes de la propiedad de la tierra que atestiguaban los allí enterrados; por lo que los familiares de estos se convertían en herederos, y propietarios de la misma.



 ATALAYÓN DE NAVALMILANO (Dolmen sobre podio)

       En otras ocasiones estos tipos de tumbas aparecen situadas en las inmediaciones, o sobre los filones cuarcíticos en los que trabajaron extrayendo minerales de cobre, apareciendo incorporados a las estructuras tumulares el cuarzo fracturado procedente de dichas extracciones; hecho que indudablemente denuncia que en ellos fueron enterrados los productores que se dedicaron a la minería; como así aparecen Rongil (Vva.de Córdoba); Nava la Borrica I, II, III y IV (Cardeña) Mozas I y II, y Estercolados (Conquista) no acabando aquí la cita que es muy larga.




 RONGIL (Tumba de Minero)

       Otros lugares donde se practicaron enterramientos en esta época, aunque en la comarca no está documentado por falta de excavaciones arqueológicas en poblados, se llevaron a cabo en silos ya amortizados, donde los agricultores guardaban los cereales, consistentes en unos agujeros practicados en el suelo de un metro de profundidad en forma de cono.

      También podemos mencionar como se efectuaron enterramientos en los basureros, que consistían en agujeros practicados en la tierra muy cercanos al poblado, destinados a depositar en ellos la basura que el mismo producía, y que una vez colmatados eran clausurados; los enterramientos localizados en estos lugares son carentes de ajuar funerario; lo que parece apuntar que los enterrados en ellos carecían de amigos, por lo que pudieron haber trabajado en aquel lugar en régimen de esclavitud, y por lo tanto no tendrían derecho a ser enterrados en los megalitos que habían sido edificados por los propietarios de la tierra en que estaban ubicados y a los que en vida podrían haber servido.
  
 Silverio GUTIÉRREZ ESCOBAR

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