FORMAS Y SITUACION DE LAS TUMBAS MEGALITICAS
Las sociedades
del período Calcolítico que habitaron Los Pedroches practicaron entre otras
actividades, la agricultura, ganadería y minería; sin desdeñar las ancestrales
costumbres de la caza y recolección de frutos silvestres; estos productores
vivían en poblados que “marcarán” un área de influencia de más o menos cinco
kms. de radio, de la que captarán los recursos naturales, útiles para la
subsistencia que esta tierra les ofrece, la que necesariamente tenía que estar
estructurada en diversos espacios, adecuados a cada una de las actividades que
estos grupos practicaban, en las que trabajarán y además serán enterrados.
Los agricultores
ocuparon las tierras llanas ricas en agua, y cercanas al poblado debido a tener
que ejercer vigilancia sobre las siembras día y noche, por el riesgo que
suponía para las sementeras que los animales salvajes como el ciervo, jabalí,
conejo y libre, penetrasen en ellos y las destruyeran.
Los pastores
ocuparían las tierras más montañosas, poco aptas para la agricultura, y
adecuadas para el pastoreo, situadas un tanto alejadas de los lugares donde se
practicaba la agricultura, evitando con ello que los animales domésticos que
pastoreaban como, la cabra, oveja y cerdo pudiesen penetran en los cultivos y
destruir las cosechas, obligándose por esta actividad del pastoreo a vivir
junto a su ganado día y noche, cumpliendo la doble misión de guardianes y
protectores de los mismos, teniéndolos que defender a todas horas de los
depredadores como águilas, oso, lobo, zorro, lince, etc, que debieron existir
en gran cantidad en la comarca pedrocheña, por lo que su vida estaba condenada
a vivir constantemente fuera del poblado matriz, donde construirían cabañas de
elementos vegetales como los usados por los pastores de la comarca hasta
mediados del s. XX, (en las que yo dormí junto a mi abuelo materno alguna
noche) las que desgraciadamente no dejaron huella arqueológica.
MINGUILLO IV
· Por otra parte,
y como es sabido, fue en este período cuando hace su aparición el primero de
los metales que el hombre trabajará: el cobre, de cuyo metal recibirá el nombre
este período de la Prehistoria Reciente; hallazgo que posibilitó la utilización
de esta materia prima desconocida hasta ahora, o no utilizada, provocando la aparición
de nuevas actividades como la minería, que trabajarán a cielo abierto siguiendo
los filones cuarcíticos con minerales de cobre que generalmente aparecían en
las monteras de los cerros que laboreaban hasta su agotamiento, o hasta que
dichos filones penetraban en el interior de la tierra, y por falta de medios
tuviesen que abandonarlos; los que con el paso de dos milenios trabajaran
íberos y romanos.
Otras
actividades tan arraigadas en el género humano como la caza y la recolección
de frutos debió producirse frecuentemente en la periferia de las áreas
destinadas exclusivamente a la producción de alimentos, a la que tendrán
derecho todos los componentes del poblado como un recurso aleatorio que
potenciaba su dieta alimentaria.
Estos
productores cuando morían eran enterrados por familiares y amigos en grandes
tumbas situadas en los lugares donde trabajaron, enterramientos que se llevaron
a cabo por el rito de la inhumación, acompañando al cadáver un ajuar funerario
compuesto de objetos líticos y cerámicos, a los que ocasionalmente acompañarían
algún útil de cobre, como pequeños cuchillos de muesca y punzones, ajuares
estos de los que se sirve la ciencia arqueológica para aplicar una cronología
aproximada al enterramiento, estas tumbas fueros usadas colectivamente y
posiblemente utilizadas por un mismo grupo parental durante generaciones.
Aunque esta
costumbre de enterrar a los muertos en tumbas megalíticas se inició mediado el
Neolítico (4500) a. C., será en el período Calcolítico cuando esta forma de dar
sepultura a los muertos alcanzará su mayor auge, para finalizar en el Bronce
Inicial (1800 a.C.) siendo reutilizadas algunas de ellas en épocas
posteriores para el mismo fin.
TORNO I (Dolmen de Corredor)
Las gentes del
período Calcolítico que habitaron la zona oriental de Los Pedroches, y otros
lugares de la Península Ibérica, fueron enterrados en tumbas construidas con
grandes piedras que son extraídas de cualquier afloramiento granítico muy
cercano al lugar elegido para construirla, las que conformarán la cámara funeraria,
y el pasillo o corredor, serán cubiertas por el sistema de adintelamiento,
formado por una, dos o tres grandes piedras megalíticas; estas estructuras
formadas por cámara funeraria y corredor, eran cubiertas por piedras y tierras
bien compactadas, adquiriendo una vez concluido el recubrimiento forma
troncocónica, dando la sensación de encontrarnos ante un simple montón de
tierra.
Los receptáculos
funerarios, por su construcción presentan diversos tipos de planta, que pueden
formar un polígono irregular, cuadrangular, rectangular, trapezoidal, siendo
los primeros los más abundantes; existiendo otros de forma oval, o tendentes al
círculo denominados ”Tholos”, en los que pueden alternar en la construcción de
la cámara funeraria, como en las anteriores, la técnica constructiva
ortostática, con la mampostería; siendo muy común que, en algunas de ellas se apoye
la cámara funeraria en afloramientos rocosos que posibilitan darle estabilidad
y aguante a toda la estructura; y otras de las que son conocidos dos casos;
Bermejuela (Pozoblanco) y Cañada Morena II (Conquista) en que la cámara y
pasillo son construidos dentro de un gran afloramiento granítico, extrayendo en
el caso de Bermejuela la zona central del mismo, dejando en la parte externa, y
sin tocar las grandes piedras naturales que conforman el perímetro del
receptáculo funerario; del que solo queda la mitad, habiendo sido invadida la
otra mitad por la construcción de una pequeña vivienda, la que hoy cumple la
función de almacén de pienso para los animales.
En el caso de Cañada Morena II
está construida en un gran afloramiento de pórfido, en la que como en el caso
anterior se vació parte de él “tallando” la piedra para dejar espacio a la
cámara funeraria, cerrando la zona S. al parecer con artostátos resultantes del
vaciado de piedra de dicha cámara; son cubiertos como todos los del tipo
tholos, por aproximación de hiladas de piedra perimetrales, que van estrechando
el círculo hasta completar el cerramiento, que lo concluye una gran losa, que
una vez acabado toma forma de cúpula; en estos tipos de tumba, como en los
anteriores, el acceso a la cámara tiene lugar a través del pasillo o corredor
el que generalmente está orientado al E., los que en algunas ocasiones tienen
algunos grados de declinación al N. o al S. según fuese iniciada su
construcción en el solsticio de verano o en el de invierno; estas estructuras
son igual que las anteriores “arropadas” y cubiertas con piedras y tierras
compactadas que dan el aspecto final, que más arriba hemos indicado.
THOLOS DE CAÑADA MORENA II (Conquista)
Todas ellas aparecen
dispersas sobre ciertos espacios situados en el área de influencia del poblado
al que pertenecieron los allí enterrados, las que forman grupos de dos a seis,
siete unidades; unas veces la distancia entre ellas, no es superior al centenar
de metros, y en otros la distancia es más considerable, pudiendo existir entre
la primera del grupo y la última del mismo, dos, tres o cuatro Kms.
· Serán
construidos sobre las pequeñas elevaciones de la penillanura pedrocheña; y en
su defecto si en el lugar donde deseaban situarla el terreno era llano,
construían en primer lugar un podio, y sobre él llevaban a cabo la construcción
de la misma como Vegas de la Reina I, por lo que alcanzaba mayor altura y por
lo tanto se visualizaba desde más lejos;
VEGAS DE LA REINA I
Otra, como Atalayón de Navalmilano,
que a pesar de estar construida en lugar alto, para darle mayor monumentalidad,
fue edificada por la misma técnica constructiva que la anterior, la inmensa
mayoría de ellas como hemos dicho anteriormente fueron situadas en alto y al
borde o muy cercanas a los caminos, con el objeto de que pudiesen ser vistas
desde lejos, cumpliendo con ello la función, aparte de la de contenedores
funerarios, la de garantes de la propiedad de la tierra que atestiguaban los
allí enterrados; por lo que los familiares de estos se convertían en herederos,
y propietarios de la misma.
ATALAYÓN DE NAVALMILANO (Dolmen sobre podio)
En otras
ocasiones estos tipos de tumbas aparecen situadas en las inmediaciones, o sobre
los filones cuarcíticos en los que trabajaron extrayendo minerales de cobre,
apareciendo incorporados a las estructuras tumulares el cuarzo fracturado
procedente de dichas extracciones; hecho que indudablemente denuncia que en
ellos fueron enterrados los productores que se dedicaron a la minería; como así
aparecen Rongil (Vva.de Córdoba); Nava la Borrica I, II, III y IV (Cardeña) Mozas
I y II, y Estercolados (Conquista) no acabando aquí la cita que es muy larga.
RONGIL (Tumba de Minero)
Otros lugares
donde se practicaron enterramientos en esta época, aunque en la comarca no está
documentado por falta de excavaciones arqueológicas en poblados, se llevaron a
cabo en silos ya amortizados, donde los agricultores guardaban los cereales,
consistentes en unos agujeros practicados en el suelo de un metro de
profundidad en forma de cono.
También podemos mencionar como se efectuaron
enterramientos en los basureros, que consistían en agujeros practicados en
la tierra muy cercanos al poblado, destinados a depositar en ellos la basura
que el mismo producía, y que una vez colmatados eran clausurados; los
enterramientos localizados en estos lugares son carentes de ajuar funerario; lo
que parece apuntar que los enterrados en ellos carecían de amigos, por lo que
pudieron haber trabajado en aquel lugar en régimen de esclavitud, y por lo
tanto no tendrían derecho a ser enterrados en los megalitos que habían sido
edificados por los propietarios de la tierra en que estaban ubicados y a los
que en vida podrían haber servido.
Silverio GUTIÉRREZ ESCOBAR
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