MOLINOS BARQUIFORMES.-
Reciben
el nombre estos molinos por su gran parecido al casco de las embarcaciones, están presentes en los lugares del hábitat
desde que tiene lugar la aparición de la agricultura en el Neolítico (7000 a.
C.); artefactos que tendrán una larguísima perduración y llegarán hasta bien
entrada la Edad del Hierro (700 a. C.).
Son
fabricados en piedras planas y duras, que pueden ser graníticas, areniscas,
volcánicas…; tomarán esa forma característica por efecto de la fricción con
otra piedra denominada Molera, que
tiene la función de reducir los cereales a harina, por lo que tomará característica
forma horquillada.
La
molturación o molienda de los cereales con este tipo de molinos, tenía como
consecuencia que las coronas dentarias de las personas que se alimentaban con
la harina producida por ellos, quedaban lisos, debido a la degradación de ambas
piedras que, dejaban por efecto de la fricción de una (activa) sobre la otra
(pasiva) desprendiendo infinidad de minúsculas partículas de piedra, que al ser
masticadas con el ‘pan’ producía el efecto de una lija sobre la dentadura.
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